Plymouth, el colero de la Championship, da el ‘batacazo’ y elimina al Liverpool de la FA Cup

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El fútbol, en especial la FA Cup, no trata de una regla de tres. En cada temporada suelen darse varios ‘palazos’, y en este caso, lo tuvo que sufrir el Liverpool. Para muchos el mejor equipo del mundo, sorpresivamente, sufrió mucho más de la cuenta ante el modesto Plymouth y tuvo que irse con las manos vacías, resignando posibilidades de una temporada perfecta en materia de títulos.

No estaba presupuestado el golpe del local, colero de la Championship, que plantó cara desde el primer minuto e hizo sufrir a los dirigidos por Arne Slot. Así se evidenció desde el inicio. Salvo un remate al arco en los 36 minutos de James McConnell, joven a servicio de los ‘Reds’, no tuvo mayores avisos sobre el predio adversario. No le salió nada bien al Liverpool, maniatado por el Plymouth, que se jugaba el partido de su vida.

Eso sí, las emociones y fricciones no faltaron. Joe Gómez, defensor del Liverpool, se fue lesionado apenas iniciando el juego y hasta Nikola Katic, zaguero de la localía, perdió un diente en plena disputa de balón, al chocarse con un compañero. Surreal primer tiempo, que dejaba la gran emoción para después.

Ryan Hardie, el héroe del día para el Plymouth

Callum Wright orquestó el primer aviso, con un tiro que salvó Wataru Endo de cabeza para evitar la anotación. Sin embargo, poco aguantó el Liverpool en ese envión iniciando el complemento. Harvey Elliott, con una mano grosera dentro del área para bloquear un disparo de chalaca, terminó cometiendo infracción y esto derivó en penal para el Plymouth.

Ryan Hardie, el ‘9’ de los ‘Janners’, tomó la gran responsabilidad y no falló. Con cabeza fría, impactó de botín diestro a ese mismo palo, liquidando a Kelleher y desatando la euforia en el Home Park. Nadie lo podía creer y el estadio parecía caerse.

Liverpool, con más amor propio que fútbol, empujó a su rival y lo sometió, pero la definición fue una alarmante falencia. Luis Díaz no se puso el equipo al hombro, tampoco Diogo Jota y Federico Chiesa, responsables de crear situaciones ofensivas. El tiempo pasó y el desgaste en la localía empezó a pesar.

Los nueve minutos de reposición, sin duda, parecían un juego aparte para el equipo de Miron Muslic. El arquero Conor Hazard voló ante un potente disparo de Diogo Jota y evitó la paridad, además de un cabezazo increíble que le sacó a Darwin Núñez. De resto, la única fórmula parecía ser a base de centros y más centros improductivos.

El partido terminó y los hinchas estallaron en júbilo. Es un día histórico para la institución, que sella tiquete a la quinta ronda y sueña en grande. ¡Un partido que vale un título para ellos, mientras que para Liverpool, es una decepción en gigantes proporciones!

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