Lorenzo Lucca, Florian Thauvin y el Udinese arman una bronca por tirar un penal en la Serie A; nadie lo festejó

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Lorenzo Lucca y el capitán del Udinese, viejo conocido de la Liga MX, Florian Thauvin tuvieron una bronca en medio del encuentro ante el Lecce, debido a que ambos querían patear un penal. El italiano se aferró al balón y decidió tirar la pena máxima y, aunque el gol les dio el triunfo en este comienzo de la jornada 26 de la Serie A, lo más destacado es que ninguno de sus compañeros quiso celebrar la anotación. 

El árbitro, Kevin Bonacina, sancionó el tiro desde los 11 pasos, luego de que el VAR le indicara que había una sospecha de falta dentro del área. Así que Lorenzo Lucca tomó el esférico, a la espera de la deliberación del silbante. Cuando se había concretado el tiro a favor del Udinese, algunos jugadores, comandados por Florian Thauvin supuestamente le reclamaron al jugador de camiseta 17 para que soltara la pelota. 

Lorenzo Lucca quedó decidido en cobrar el penal. Jaka Bijol lucía molesto y a gritos le reclamó a su compañero, incluso lo tomó del brazo y para quitarlo del manchón penal. Hassane Kamara quiso ser el mediador de la causa y los separó, pero al no tener respuesta le pateó la pelota al número 17. Alexis Sánchez también participó en los reclamos y el árbitro se mantuvo cerca sin actuar en los problemas internos que tenía el equipo. 

Lorenzo Lucca nie był wyznaczony do strzelania rzutów karnych, ale uparł się i zabrał piłkę.

Karnego wykorzystał, a zaraz potem Kosta Runjaić zdjął go z boiska. Lucca to najlepszy strzelec Udinese, ale skoro nie umie się zachować…pic.twitter.com/YTCHnTQJJg

— Wilku (@Wilku_ASR) February 21, 2025

Sin embargo, el centrodelantero se mantuvo firme. Oumar Solet y Jesper Karlstrom corrieron para convencerlo de ceder a la petición. El central le sacó amarilla a Lucca por tardar tanto en ejecutar la pena máxima. Cuatro minutos después de los reclamos, por fin remató a portería y aunque corrió para celebrarlo, ninguno de sus compañeros quiso hacerle segunda a su festejo. 

El entrenador alemán, Kosta Runjaic, prefirió sustituirlo por Iker Bravo a los tres minutos de los acontecimientos. El encuentro no tuvo más acciones importantes y el Udinese, con ese gol polémico, alcanzó el décimo sitio de la Serie A. 

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