Reseña de Doom: The Dark Ages, ¿vale la pena? Una brutal adición a la saga del Slayer y su misión por acabar con las hordas infernales

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Doom: The Dark Ages es el tercer juego en la trilogía moderna del clásico de los FPS

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Doom: The Dark Ages, reseña | ID Software/Nación Gamer

Doom: The Dark Ages, ¿vale la pena? El nombre Doom es sinónimo de videojuegos. Desde los tiempos del pánico satánico de los 90, hasta el chiste recurrente de que el juego corre en todo lo que tenga pantalla y la pantalla es opcional, Doom ha sabido cautivar generaciones enteras de gamers. Ahora, con la trilogía moderna de Doom, Doom: Eternal y Doom: The Dark Ages, la franquicia insignia de ID Software se corona nuevamente como un ícono del gaming. Así que, como siempre, la pregunta es, Doom: The Dark Ages, ¿vale la pena?

Este título captura a la perfección la esencia de Doom y nos la entrega con suficientes innovaciones y cambios como para no sentirse simplemente como más de lo mismo. Doom siempre ha entendido lo que es un videojuego: darle al jugador un objetivo y herramientas para alcanzarlo. En este caso, somos el Slayer y nuestro propósito es claro: eliminar demonios, y para lograrlo vamos a disponer de nuestro arsenal, con armas que van desde una clásica escopeta hasta nuestros puños, un escudo con sierra y una porra.

¿De qué trata Doom: The Dark Ages?

El marco narrativo no importa; la trama está ahí, pero nadie vino a jugar Doom por la trama. No importa si los Makyrs nos controlan o si debemos proteger una sociedad cuasi medieval, pero con elementos tecnológicos futuristas de una horda de demonios que vienen del mismísimo infierno, pero tienen naves espaciales y escudos de energía. Lo importante es que entre nosotros y el final del nivel hay varios cientos de demonios esperando ser devueltos al averno. Eso ha sido siempre Doom y, en esta ocasión, no le quedan mal a su audiencia cautiva.

Doom: The Dark Ages es, como solían criticar quienes no juegan videojuegos, una fantasía de poder que apela a las sensibilidades de los jugadores estereotípicos y, ¿saben qué? Eso no está mal, así como tampoco estaban mal las películas de acción de los 80, así como no están mal las bandas de heavy metal con riffs pesados cuyos temas perdidos parecen ser parte del soundtrack de Doom. Este juego es para gozarse y disfrutar cada parte del proceso. Hay algo altamente satisfactorio en sentirse imparable, poderoso, una fuerza de la naturaleza al que el propio comando infernal le teme. En ese tenor, Doom: The Dark Ages logra compartirles esa sensación a sus jugadores, con descargas enteras de dopamina con cada ejecución, con cada combo bien realizado, con cada vez que sobrevivimos lo que parecía imposible. El juego sabe que queremos desconectarnos de la realidad y nos lo entrega en un escudo ensangrentado, pintado rojo con la sangre de los ejércitos del bajo astral.

Gráficamente, el juego luce mejor que sus antecesores, y su dirección de arte es completamente coherente con lo que ha sido la franquicia hasta ahora. En la versión que probamos, no hubo ningún tipo de sobresalto, caída de FPS significativa o bugs mayúsculos; incluso cuando la acción llenaba la pantalla de disparos, proyectiles, partículas, sangre y enemigos, todo parecía fluir de manera suave y tranquila.

Un juego con mecánicas infernales (en el buen sentido)

En cuanto a la jugabilidad, Doom: The Dark Ages cumple lo que su tráiler de presentación prometió: de verdad nos sentimos como si comandáramos un tanque de guerra, pesado, letal, poderoso, implacable, imparable y capaz de recibir los golpes al plantarnos y volvernos inamovibles. El escudo definitivamente añade un elemento de estrategia al combate, al saber cuándo protegernos, cuándo hacer un parry, cuándo arrojarlo como sierra para paralizar al oponente y cuándo arrojarlo para destruir escudos ajenos. Además, nos permite lanzarnos a golpear casi de manera instantánea enemigos que bien pueden estar del otro lado de la arena o, incluso, en una plataforma, torre o escalera y, así, ofrecernos gran movilidad. En cuanto al arsenal, tenemos las armas arquetípicas, pero transportada a la brutalidad que puede dar un nombre como “The Dark Ages”, como el Impaler que, literalmente, lanza estacas para empalar a los enemigos y tiene daño adicional si se hace un headshot, o el Pulverizer, cuya munición son cráneos que el arma tritura y lanza a manera de esquirlas. Las armas pueden ser modificadas y mejoradas, para lograr diferentes efectos, como munición incendiara o incapacitar a los demonios, lo que da un gran elemento de personalización para que cada jugador opte por su tipo de experiencia predilecta.

Pero no todo es correr, golpear y disparar. También tenemos acceso a básicamente un mecha al más puro estilo de Pacific Rim, con el que eliminamos demonios titánicos como si fueran kaijus, con todo y brazos propulsados por cohete, esquives y armas de alto calibre. Y, por si esto no fuera suficiente, el juego también nos permite pilotear a nuestro propio dragón. Y lo que bien pudo ser meramente un segmento en rieles es una de las mejores adiciones, ya que podemos maniobrar a nuestra manera, con cambios de velocidad y diferentes aproximaciones al combate.

El juego es lineal en su estructura, sí, pero no sólo permite, sino que fomenta la exploración. Con los clásicos secretos escondidos por todos los rincones del nivel, un mapa sumamente intuitivo y libertad de recorrer cada parte del nivel a tu gusto, este título ofrece una experiencia que, si algo, puede resumirse en divertida. Doom: The Dark Ages no ofrece ser un tratado filosófico sobre el libre albedrío ni un cuento precautorio sobre los riesgos del poder, mucho menos una experiencia panfletaria sobre alguna posición política. El juego es… eso, un juego. Es divertido de jugar, es interesante de conocer, presenta diferentes niveles de dificultad, para que todos, desde el primerizo hasta el jugador experimentado puedan tener la experiencia que están buscando.

Y, para responder la pregunta, sí, el juego definitivamente vale la pena. Porque hay algo sumamente especial en tirarse en tu sillón con el control en la mano, una bebida fría y, simplemente, dedicarte a exterminar demonios de la forma más brutal posible.

¿Cuándo se estrena Doom: The Dark Ages, y para que plataforma estará disponible?

Doom: The Dark Ages llegará el 15 de mayo para Xbox, PlayStation 5 y PC.

¿Doom: The Dark Ages llegará a Game Pass?

Sí, el juego será un estreno de día 1 en Game Pass.

Calificación de Doom: The Dark Ages

Le damos a este juego 5 estrellas de 5.

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