Preocupación en Red Bull tras los resultados en los test de Bahréin

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Los primeros test de pretemporada han dejado un sabor agridulce en el equipo Red Bull. Aunque estos entrenamientos no son definitivos para medir el rendimiento de los monoplazas a lo largo del año, históricamente los equipos que arrancan con buen ritmo suelen mantenerlo durante la temporada. En esta ocasión, la escudería austríaca no ha logrado transmitir la solidez que la caracterizó en los últimos años.

Uno de los incidentes más significativos ocurrió durante el turno de Liam Lawson, cuando una fuga de agua en el RB21 obligó al equipo a detener su actividad en pista, perdiendo tiempo valioso de pruebas. Pero más allá de este contratiempo puntual, el comportamiento del monoplaza generó ciertas dudas.

Tanto Max Verstappen como Liam Lawson tuvieron que hacer constantes correcciones al volante, especialmente en curvas lentas y al pasar por los pianos, lo que sugiere problemas con el equilibrio del coche. El subviraje parece ser una de las principales preocupaciones, ya que el RB21 mostró dificultades para girar con la precisión esperada.

Pierre Waché, director técnico de Red Bull, reconoció que los test no fueron tan productivos como el equipo hubiera deseado.

“No estoy tan feliz como podría estarlo porque el coche no respondió como queríamos en algunos momentos, pero va en la dirección correcta”, afirmó Waché.

El ingeniero francés también hizo hincapié en que el desarrollo del coche aún tiene margen de mejora: “Solo que tal vez la magnitud de la dirección no fue tan grande como esperábamos y es algo en lo que debemos trabajar para la primera carrera y el desarrollo futuro”, añadió.

Finalmente, Waché subrayó la importancia de detectar estos problemas en la pretemporada para corregirlos a tiempo: “No fue una prueba tan fluida como esperábamos y como esperaba el equipo, pero es mejor encontrar algunos problemas aquí que más adelante y es por eso que estamos aquí, para entender el coche”, concluyó.

A falta de ver cómo evolucionará el RB21 en la primera carrera del año, los test dejaron más preguntas que respuestas para Red Bull. Con una competencia cada vez más fuerte, los actuales campeones del mundo tendrán que trabajar a contrarreloj para asegurarse de que su dominio no se vea amenazado desde el inicio de la temporada.

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